Reconocer la riqueza de los pueblos originarios y grupos migrantes, así como el valor del diálogo intercultural, como aspectos esenciales de nuestra institución, es el desafío que se ha impuesto el nuevo Consejo de Interculturalidad UC. Trabajo liderado por el profesor Roberto González junto a más de 90 representantes de la comunidad universitaria. Entre ellos, 16 docentes y estudiantes pertenecientes a nuestra Facultad.

Un 12,4 % de la población nacional se identifica como miembro de algún pueblo originario de acuerdo a cifras del último Censo desarrollado en nuestro país (2017) y un 32% de ellas declara haberse sentido discriminada por pertenecer a un pueblo originario (CEPAL). Discriminación que también es denunciada por parte de la población migrante, grupo que según el Instituto Nacional de Estadística y del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior estaría cerca de superar el millón y medio de personas.

Un país cada vez más diverso al igual que nuestra Universidad. Comunidad en la que conviven diversas culturas que necesitan avanzar hacía el reconocimiento de cada una de ellas. Un desafío que la universidad asumió desde hace varios años y que hoy toma un nuevo impulso con la creación del nuevo Consejo de Interculturalidad UC. Grupo liderado por el académico de nuestra Escuela, investigador del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR) y del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES, profesor Roberto González, junto a más de 90 representantes de la comunidad universitaria. Entre ellos, 16 docentes y estudiantes de nuestra Facultad.

Se trata del exdecano y académico del Instituto de Sociología, Eduardo Valenzuela, los/as académicos/as Marjorie Murray, Pedro Mege, Fernando Pairican, Helene Risør, Jaime Coquelet, Olaya Grau, Paula Miranda, Héctor Carvacho, Gloria Jiménez, Diego Cosmelli, María Loreto Martínez, Camila Contreras (coordinadora ejecutiva) y nuestros/as estudiantes Antu Quintulen y Constanza Cruz, además de la Consejera Superior de la FEUC, Almendra Aguilera.

Una tarea pendiente

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Actualmente la comunidad UC cuenta con cerca de 1.450 personas que se identifican con algún pueblo originario (1300 son estudiantes de pregrado, 25 profesores y 120 profesionales y personal administrativo) y 1200 estudiantes extranjeros (casi 500 de pregrado y más de 700 de postgrado).

Para avanzar en esta política de inclusión e interculturalidad, el nuevo Consejo busca trabajar en el desarrollo de un programa que permita articular los diversos esfuerzos que ya viene realizando la Universidad, de manera de rescatar el gran trabajo investigativo, desarrollado particularmente por el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social y el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, pertenecientes a nuestra Facultad.

“Queremos generar un cambio cultural profundo, donde en nuestra vida universitaria se reconozca y se valore la interculturalidad como un aspecto distintivo de nuestra identidad”, afirmó el profesor Roberto González en una reciente presentación de este trabajo a miembros de Facultad de Ciencias Sociales UC.

La idea es crear un ecosistema que promueva el diálogo y la interculturalidad a lo largo del tiempo, asumiendo los tremendos desafíos que tiene la educación superior en esta materia. Como por ejemplo, disminuir las barreras de admisión que siguen teniendo estos grupos o la necesidad de seguir fortaleciendo la investigación para generar políticas públicas que respondan a esta problemática. Diálogo intercultural que este equipo busca desarrollar con la creación de un programa que se sustentará en seis ejes de trabajo. Los que a su vez darán origen a seis grandes iniciativas.

La primera de ellas es el fortalecimiento del programa de admisión intercultural. Lo que implica no solo crear mecanismos que estimulen la postulación, sino que también el ingreso. Para ello se aumentarían las vacantes de la ya existente Vía de Admisión Intercultural, además de trabajar en una iniciativa que permita a estos grupos ingresar a través de una especie de bachillerato que les permita optar de manera directa a diferentes carreras. Esto vinculado a la creación de un sistema de tutorías y acompañamiento académico que hagan viable el que los y las estudiantes puedan mantenerse en el sistema de educación superior. Una segunda línea de trabajo que buscará facilitar el proceso de aprendizaje, adaptación e integración a la vida universitaria en sus múltiples dimensiones.

Roberto GonzálezEl tercer eje que se está trabajando es crear un sistema que fomente un semillero académico, ofreciendo la posibilidad de ingresar al mundo académico a personas que están vinculadas y trabajando este tema por largo tiempo. A esto se suma un Programa de Inserción Académica en las distintas Facultades, que a través de cuotas previamente definidas, permitirá incorporar a docentes pertenecientes a pueblos originarios o migrantes.

El fortalecimiento de la formación de doctorados, dentro o fuera de la UC, de estudiantes pertenecientes a pueblos originarios o migrantes que hayan cursado el pregrado en nuestra universidad, es otra de las prioridades. Así como lo es el promover la acogida y cultura institucional UC, generando actividades y espacios de encuentro que apunten a valorar y reconocer la interculturalidad como un elemento esencial de la comunidad universitaria.

Articular estos seis ejes de trabajo, definiendo acciones concretas, que a su vez se vinculen directamente con el plan de desarrollo institucional, es parte del desafío que tienen que enfrentar los más de 90 miembros de la comunidad que ya están trabajando a través de distintas comisiones. “Tenemos mucho que aportar en este tema. Nuestra responsabilidad va mucho más allá de nuestro rol académico. Podemos contribuir a reconocer y valorar la interculturalidad y el aporte mutuo que surge desde el diálogo” afirmó el académico EPUC.

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Texto: Andrea Fuentes Uribe, periodista Escuela de Psicología UC
Fotos: Karina Fuenzalida