El confinamiento prolongado y el distanciamiento social han dejado secuelas importantes en la salud mental de las personas, sobre todo en los grupos más vulnerables. Es el caso de las personas mayores, quienes manifiestan que la soledad y la pérdida de autonomía son sus principales preocupaciones en este período. Esto de acuerdo al último reporte del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, en el que se entrevistó a personas de más de 60 años de distintas regiones y comunas del país. Estudio en el que participó la académica de nuestra Escuela, Susana González, que refleja la necesidad de diseñar medidas que contengan la pandemia, sin dañar el bienestar emocional.

Cuando ya han transcurrido casi diez meses desde que apareciera el primer contagio de Covid-19 en nuestro país, las consecuencias de la pandemia no solo se traducen en la lamentable pérdida de vidas humanas. A las más de 23 mil personas fallecidas se suman los graves efectos en la salud mental de una población que ya mostraba altos índices de depresión y ansiedad.

Un escenario que preocupa, considerando que la crisis sociosanitaria está lejos de mejorar. Contagios en aumento y personas que aún no siguen las recomendaciones de autocuidado pronostican un difícil panorama. Situación que afectaría aún más a ciertos grupos de la población, como es el caso de las personas mayores.

De acuerdo al último reporte del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, en el que se encuestó de manera online a 767 personas de más de 60 años de distintas regiones y comunas del país, la pérdida de autonomía es una de las principales preocupaciones del segmento de más de 70 años (85%). Sentimientos de soledad y dependencia que constituyen factores de riesgo para padecer cuadros depresivos, ansiedad y/o estrés.

Si bien la encuesta se llevó a cabo sin un muestreo probabilístico y no resulta representativa a nivel nacional, sí logra mostrar ciertas tendencias respecto a la realidad que ha enfrentado este grupo, y en particular las preocupaciones en pandemia de quienes tienen 70 años o más. Entre las cuales también se encuentra el deterioro de su estado físico (73%), los controles médicos, y el sistema de salud (67%).

En entrevista con CNN Chile, Susana González, académica de nuestra Escuela, que participó en la elaboración de dicho informe, explicó que la situación de crisis que se está viviendo obligó a que muchos de estas personas tuvieran que ser ‘atendidos’ por otros. “Esa experiencia les va a instalando el temor de si serán capaces de retomar todas aquellas actividades que hacían por ellos mismos antes de la pandemia, una vez que la situación de crisis pase (…) Uno de los grandes valores y logros que las personas mayores temen perder es la independencia, tanto en el ámbito de la autonomía, respecto de la toma de decisiones, como en la capacidad de valerse por sí mismos”.

En ese sentido, la médico gerontosiquiatra y miembro del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, se mostró bastante crítica frente a la falta de políticas que permitan a las personas mayores ir recuperando poco a poco sus rutinas. “Nos hemos preocupado de recuperar un montón de cosas para otros grupos etarios (…) pero a las personas mayores lo único que se les abrió fue salir a la calle (…) No se ve que esté la inquietud, preocupación, iniciativa o la planificación de poder habilitar espacios para que puedan empezar también a tener las mismas oportunidades. Nos preocupa el entender por qué no”, dijo la especialista.

Desafíos a futuro

Diseñar medidas que contengan la pandemia, sin dañar el bienestar emocional de las personas, sobre todo en un grupo que ha vivido de forma más dura el confinamiento y el distanciamiento social, son una necesidad que hay que tener en consideración. Esto en búsqueda de fortalecer y cuidar la salud mental de los grupos vulnerables, como es el de las personas mayores. Un tema que ya estaba siendo abordado antes de la pandemia a través de la Mesa Técnica de Salud Mental de Personas Mayores, convocada por el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) y el Ministerio de Salud (MINSAL) en agosto de 2019.

La iniciativa, que entregó sus resultados a mediados de este año, buscó proponer una estrategia de salud mental con una mirada intersectorial, que permita la colaboración y articulación de actores claves involucrados en esta temática. Entre ellos, la académica de nuestra Escuela, Susana González.

De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, 1.800 personas se suicidan al año en nuestro país, tasa liderada por las personas mayores. Por ello, fortalecer los programas de cuidados existentes en el sector público y apoyar las acciones de cuidados que implementa la sociedad civil, a fin de poder llegar a más personas; generar una estrategia comunicacional permanente, que permita disminuir los estigmas asociados y el entendimiento de los cambios que cada persona puede realizar para tener un mejor nivel de salud mental; capacitar en salud mental de personas mayores a asistentes y profesionales de trato directo con personas mayores; además de la elaboración y realización de una encuesta de salud mental en personas mayores, es parte de las propuestas entregadas por los expertos.

Texto: Andrea Fuentes Uribe, Periodista Subdirección de Extensión y Comunicaciones EPUC.

Informe del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo AQUÍ.

Estrategia de Salud Mental para Personas Mayores elaborado por la Mesa Técnica de Salud Mental de Personas Mayores AQUÍ.