Con más de 35 años ligados a la Universidad que la formó como profesional, este 2021 la profesora Carmen Olivarí Piña comienza a despedirse poco a poco de su alma mater. Toda una vida dedicada a la docencia y a la investigación que la UC quiso destacar en su tradicional ceremonia a la trayectoria. “Ustedes son responsables en gran medida del aumento en calidad, en pertinencia, en sentido público, en aporte al país y a la sociedad de nuestra Universidad”, dijo el Rector Ignacio Sánchez.
Académicos y académicas que han dedicado gran parte de su vida a la formación de nuevas generaciones de profesionales, siendo un modelo a seguir no solo para sus estudiantes, también para quienes están iniciando sus primeros pasos en la carrera docente. Son 28 profesores y profesoras que comenzaron su proceso de retiro, y quienes, a través de su trabajo, han realizado un aporte fundamental a nuestra Universidad.
“Gracias a cada uno, el rol de la UC en el país ha sido cada vez más relevante (…) En estos 30 o 40 años, los cambios que se han producido en la Universidad, se deben a las personas que han estado aportando. Ustedes son responsables en gran medida del aumento en calidad, en pertinencia, en sentido público, en aporte al país y a la sociedad. No es posible, a 132 años de nuestra fundación, entender a la sociedad chilena sin entender el aporte de la UC en su desarrollo. Y no es posible entender esa contribución, sin valorar y comprender el aporte de cada uno de ustedes”, afirmó el Rector Ignacio Sánchez, en la tradicional ceremonia a la trayectoria. Encuentro que se desarrolló de manera virtual, en el que también agradeció la vocación y compromiso de los homenajeados. “La UC no sería lo que es si ustedes no hubiesen entrado a la institución hace muchos años, y si no hubiesen entregado lo que han entregado con pasión, compromiso y cariño”.
En esta nueva etapa, algunos profesores y profesoras seguirán aportando a la Universidad desde la docencia e investigación, mientras que otros trabajarán en otras instituciones, y algunos darán vuelta la página y comenzarán un merecido descanso. Lo bueno, es que en el caso de la profesora Carmen Olivari Piña, una de las académicas destacadas, el vínculo continuará; ya que ella seguirá formando parte de la EPUC. “Desde la Escuela, de alguna manera he tenido la oportunidad de seguir ligada y elegir lo que más me gusta hacer. De quedarme con aquellos aspectos que más me agradan de mi vida laboral, que es el seguir formando a otros. Eso es lo que estoy haciendo. Sigo a cargo de algunos cursos, tanto en pregrado como en postgrado. Cursos más vinculados con la formación de terapeutas, que es donde siento que puedo seguir aportando, y en los programas de extensión, que es algo que me interesa mucho. En la Universidad tuve la oportunidad de crear algunos programas y formar un equipo humano y profesional muy valioso. Así que, mirando hacia el futuro, por lo menos por algún tiempo, seguiré estando ligada a la UC y a la Escuela de Psicología.
¿Cómo recibió este reconocimiento de parte de la casa de estudios en que se formó y a la cual ha dedicado tantos años de su vida?
Fue una sorpresa muy grata. En general uno sigue de largo y no se da cuenta de todo el tiempo que ha pasado. Y es verdad, estamos en una etapa en que muchas de las personas que recibieron este reconocimiento, están retirándose. Algunos de forma total y otros de a poco. Entonces, recibir este reconocimiento después de haber sido parte de esta institución durante tantos años, es muy lindo. Y si bien hemos colaborado, también hemos tenido un espacio en que hemos podido desarrollar temas y proyectos que son de nuestro interés. Así que no solo he vivido una gratificación en lo académico, sino que también en lo personal.
Por eso es grato, a través de este hito, visibilizar un camino de vida que quizá uno lo tiene muy naturalizado, pero que es necesario procesar. Es mirarse y mirar el futuro, desde el conocimiento y desde los afectos. Y los rituales son muy importantes. Detenerse, marcar un hito, y hacerlo en comunidad, es muy positivo. Para mí lo colectivo siempre ha tenido mucho sentido. Y creo que mirarse con otros, sobre todo en un momento como el que estamos viviendo, es muy potente.
¿Pensó alguna vez que iba a estar tantos años ligada a la universidad que la formó?
No, la verdad es que no fue algo planificado. Jamás lo pensé. Cuando me titulé salí a trabajar fuera de la Universidad. En ese tiempo uno tiene mucha incertidumbre y no pensé que iba a seguir en la Escuela. Hice distintos trabajos y al poco andar me llegó la información de que estaban buscando a alguien en el consultorio de psicología de la EPUC. Mandé mi currículum, me presenté, y quedé seleccionada.
Eso fue el año 87, así que siempre he estado vinculada a la Universidad y a la Escuela. Entré como profesional, al consultorio, y luego empecé a hacer mi carrera como psicóloga clínica. Llegué a ser directora del consultorio. Partí como la más chica en ese entonces. Como psicóloga infanto juvenil.
Después se dio la oportunidad de hacer un reemplazo, de una colega a la que quiero mucho, que es Loreto Martínez. Se llamó a un concurso académico para reemplazarla, porque se iba a especializar fuera de Chile. Ahí inicié mi carrera en la Escuela, hasta que concursé para ser profesora de planta.
¿Qué significa para usted la UC y la Escuela?
Un espacio en que pude desarrollar una trayectoria académica y profesional muy de acuerdo a lo que fui descubriendo que era lo que quería hacer. Aquí pude desarrollarme, perfeccionarme profesionalmente, crear programas e investigar. Junto con otros colegas encontré y formé un equipo de trabajo que nos impulsó a crear conocimiento. Me refiero al equipo de psicología sistémica y psicología clínica, con los que pudimos desarrollar programas de formación para los alumnos y de colaboración a la comunidad. Esto porque seguimos ligados al consultorio y desarrollamos programas de atención, intervención e investigación. Por un lado lo académico, y por otro lado la veta más profesional. Creo que la Universidad Católica me entregó esa oportunidad, en un espacio que tiene un nivel de exigencia, de rigurosidad y de ética que ayudó a que hiciéramos aportes con ese mismo nivel de rigurosidad. Todo con el fin de buscar lo mejor para los otros.
Texto: Andrea Fuentes Uribe, Periodista Subdirección de Extensión y Comunicaciones EPUC.