Las académicas de nuestra Escuela, Marcela Aracena y María Rosa Lissi, presentaron reflexiones preliminares y estados de avance de los proyectos que lideran, los cuales abordan los cuidados domiciliarios de nuestras personas mayores y la promoción de la inclusión de estudiantes sordos en la Universidad respectivamente.
En el marco de la Semana de Divulgación Académica Cardenal Newman, organizada por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana UC, en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación, nuestras académicas de la Escuela de Psicología, Marcela Aracena y María Rosa Lissi, presentaron los avances de sus proyectos adjudicados en el XVII Concurso de Investigación y Creación para Académicos de la Pastoral UC.
Durante la actividad, que es parte de un ciclo de presentaciones de tres jornadas que culmina este 17 de diciembre, también expusieron académicos e investigadores del Instituto de Filosofía, de la Escuela de Arquitectura, de la Facultad de Educación y de la Facultad de Teología.
Inspirados en el objetivo del concurso, que incentiva a los y las docentes UC a que contribuyan con proyectos de investigación y/o creaciones que pongan en diálogo a las distintas disciplinas con los valores cristianos, la conversación giró en torno a la relación de la fe con la cultura y razón, y la búsqueda del bien común de las propuestas presentadas.
“En cada uno de los proyectos de investigación que presentan sus estados de avance, se manifiesta un fuerte compromiso público y una auténtica búsqueda de las verdades que hay detrás de los grandes desafíos de nuestro tiempo. En periodos difíciles como los que vivimos, proyectos así nos alientan a perseverar en el trabajo por el hermano y la hermana que sufren”, sostuvo Nicolás García, director de Académicos de la Pastoral UC.
Aportando al cuidado del adulto mayor
Precisamente desde la búsqueda del bien común, las investigaciones que están desarrollando nuestras académicas junto a sus equipos son de gran impacto. En el caso de proyecto liderado por la profesora Marcela Aracena, titulado “Cuidados domiciliarios de nuestras personas mayores: aportes desde la política pública y la percepción de familiares y cuidadores”, se busca responder a la pregunta sobre si los programas de cuidado domiciliario chilenos, ya sean públicos o privados, están alineados con las necesidades percibidas por los familiares y cuidadores.
Para partir la experta diferenció entre dos tipos de cuidadores: informales, aquellas personas que son parte de la red social del adulto mayor, con quienes no hay una relación contractual; y los formales, que si perciben una remuneración, generalmente baja, a través de una organización. “Los perfiles de estos dos cuidadores tienen similitudes, pero lo que se releva es que el grado de capacitación es relativamente bajo o escaso”, señaló Aracena.
Junto con lo anterior, la académica comentó que dentro de los primeros análisis acerca de la composición de la población mayor, que según datos del Censo 2020 supera los tres millones de personas, se encontró que un 14,2% son dependientes, es decir 475.417 personas, de las cuales 331.453 presentan una dependencia moderada o severa. También señaló que 362.268 adultos mayores dependientes pertenecen al 60% de los hogares más pobres, y que al menos 13 mil no tienen ningún cuidador. “Desde el punto de vista de la solidaridad esta es una tremenda dificultad y por eso es tan importante pensar desde la investigación como podemos aportar a la política pública respecto a lo que está sucediendo”, indicó la experta.
Sobre las coberturas de los programas de ayuda el panorama es igualmente complejo. De los primeros cuatro casos analizados, ninguno supera el 6% de cobertura de la población a la cual apuntan. “Hay que poner la atención en la gran dimensión del problema. Este es el primer hallazgo que tenemos en investigación respecto a la cobertura nacional de cómo estamos cuidando a los adultos mayores. Por el momento es precario, es ínfimo y preocupante. Vamos a seguir investigando otros programas de nivel público y privados, pero esta es una primera alerta, no menor”, enfatizó.
A lo anterior se suman los avances con las primeras cuatro entrevistas a cuidadores, las cuales reflejan “las dificultades que experimentan las familias y la angustia de este cuidador al tener que hacer la tarea como puede porque tiene escasa capacitación. Hemos percibido a través de las entrevistas la descoordinación entre los distintos programas, lo burocrático, pero particularmente hemos escuchado el gran cariño que tienen por los adultos mayores a su cuidado”, comentó Aracena.
Promoviendo la inclusión de estudiantes sordos
El otro proyecto presentado durante la jornada fue el que lidera nuestra profesora María Rosa Lissi, el cual está ligado al laboratorio Lengua, Educación y Cultura Sorda (Lecsor) de nuestra Escuela. Titulada “Promoviendo la inclusión de los estudiantes sordos en la Universidad: aprendiendo psicología en lengua de señas”, su investigación busca describir el aprendizaje del concepto psicológico en lengua de señas chilena en una estudiante sorda de primer año de la Escuela de Psicología.
Como antecedente, la experta indicó que el bajo nivel educacional de la población sorda en Chile tiene relación con que no siempre se reconoce la calidad bilingüe de la persona sorda, donde la lengua de señas chilena seria su primera lengua y el español una segunda lengua, y su pertenencia a la cultura sorda. “Hay un escaso número de personas que han cursado con éxito sus estudios universitarios por lo mismo y existe una falta de investigación sobre como guiar el proceso de enseñanza-aprendizaje, específicamente de conceptos académicos y más específicamente de conceptos universitarios en lengua de señas chilena”, comentó Lissi.
Sobre el desarrollo de la investigación la académica contó que durante este semestre hicieron un seguimiento de la estudiante, realizando sesiones semanales de enseñanza-aprendizaje fuera del contexto del aula, las cuales fueron grabadas. “En base a tres de estas sesiones de trabajo generamos una matriz de análisis que incluye facilitadores, barreras, estrategias pedagógicas y también preguntas, hipótesis y comentarios. Hicimos con eso un proceso de codificación inicial en donde encontramos resultados preliminares. En primer lugar identificamos dos ámbitos de desafíos: el manejo del español como una segunda lengua, que conlleva la necesidad de un acompañamiento no sólo en el aula, sino que un acompañamiento específico para transitar por los textos escritos; y la falta de desarrollo de la lengua de señas chilena para discutir temas académicos”.
Otros hallazgos han sido algunas características que tienen que tener los materiales y las estrategias docentes que se utilizan con la estudiante. En el caso de los materiales, el apoyo visual es muy importante, el texto debe ser simple y las imágenes deben cumplir con ciertos criterios. En cuanto a las estrategias docentes, la experta indicó que es importante que al inicio de la sesión se presente un esquema y que se monitoree la conversación y comprensión de los contenidos constantemente.
“Creemos que este proyecto es un pequeño aporte para construir una sociedad más justa, específicamente en términos de la inclusión de la comunidad sorda, donde se respete y valore sus características culturales y lingüísticas (…) Además estamos contribuyendo a la formación, en este caso, de una psicóloga sorda, lo cual es una necesidad enorme que tiene la comunidad sorda, ya que se necesitan profesionales que conozcan su cultura y pertenezcan a ella”, enfatizó Lissi.
Información periodística: Gina Norambuena Martínez. Comunicaciones EPUC.