Nivel de conflictos barriales, contacto entre chilenos y migrantes, ingresos y pobreza, salud mental, preferencias políticas, participación y preferencias electorales, movimientos sociales, actitudes hacia la democracia y la emergencia del Frente Amplio, fueron temas presentados por el estudio.


Los principales resultados de las tres primeras olas del Estudio Longitudinal Social de Chile (ELSOC), encuesta panel del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) que se aplicará durante una década, fueron dados a conocer recientemente en el seminario “Radiografía del cambio social en Chile”.

A cargo de la presentación estuvieron Roberto González, investigador principal de COES y encargado del estudio panel y académico de nuestra Escuela de Psicología UC, y Matías Bargsted, académico del Instituto de Sociología. Ambos son investigadores del COES, centro patrocinado por nuestra Universidad en conjunto con la Universidad de Chile, en asociación con la universidad Diego Portales y la Universidad Adolfo Ibáñez, y financiado por el programa FONDAP de CONICYT.

La encuesta desarrollada por el Centro, en el que también participan como investigadores nuestros académicos Héctor Carvacho, Patricio Cumsille, Paula Luengo, Christian Berger, Marcela Cornejo, Gloria Jiménez y Dariela Sharim, es representativa de la población urbana que vive en ciudades de 10.000 o más habitantes; esto equivale, aproximadamente, al 77% de la población total del país y al 93% de la población urbana, y se compone de casi 3 mil individuos, que respondieron en 2016, 2017 y 2018, más una muestra de refresco incorporada en esta versión. Su objetivo: medir y caracterizar los patrones de estabilidad y los cambios que han experimentado las creencias, actitudes y percepciones que tiene los/las chilenos/as respecto de distintas dimensiones de la convivencia y del conflicto en la sociedad a lo largo del tiempo.

“Aspiramos a que este estudio contribuya a la comprensión de las dinámicas del cambio, en un conjunto de ámbitos que son relevantes tanto para el desarrollo de la psicología y de las ciencias sociales como para la toma de decisiones en políticas públicas: temas de salud mental, de pobreza, convivencia en los barrios, actitud de los chilenos hacia los migrantes y participación en la vida ciudadana (…) analizamos temas de conflicto y de tensión, pero también nos preocupa la cohesión, por eso estudiamos la dinámica de la relaciones sociales en Chile”, comentó Roberto González.

Algunos resultados destacados

En la presentación se abordaron los resultados de siete módulos temáticos de la encuesta: territorio, redes y actitudes sociales, ciudadanía y democracia, desigualdad y legitimidad, conflicto social, salud y bienestar.

Este último es uno de los que destaca nuestro académico, quien señaló que se muestran importantes datos sobre salud mental, que se trabajaron en colaboración con el Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP), en el que investigan los académicos EPUC: Alex Behn, Diego Cosmelli, Mariane Krause, Marcia Olhaberry, María Pía Santelices, Paula Errázuriz, Candice Fischer, Diana Rivera, Nelson Valdés, Catherine Andreu y Álvaro Vergés.

“Cuando hablamos de salud mental hablamos principalmente de los síntomas de depresión que las personas reportan, en los cuales observamos un incremento especialmente en la presencia de síntomas moderadamente severos y muy severos en estos tres años de medición. Además encontramos que los síntomas son sustancialmente más altos en las mujeres revelando importantes diferencias por sexo. Adicionalmente, se constata que a medida que aumenta el nivel educacional de los participantes disminuye la presencia de síntomas de depresión, confirmando el importante rol que juega el factor educacional”, señaló el académico sobre los principales hallazgos de este módulo.

La encuesta también señala que la sobrecarga laboral y el endeudamiento son factores de riesgo en el aumento y permanencia de los síntomas depresivos. En ambos escenarios las mujeres experimentan niveles más altos que los hombres. Frente a estos hallazgos, González señala que “lo que necesitamos son políticas públicas que contribuyan a estimular especialmente que los hombres asuman más roles específicos, que aminoren el peso y carga que significa para las mujeres el cuidado de los hijos y del hogar, haciendo más compatible el trabajo y la vida familiar. Esto sugiere estimular un cambio cultural importante, que esté energizado por la experiencia educacional y familiar, lo que es necesario formar tempranamente y por tanto requiere un sistema escolar alineado con dichas políticas”.

Desde el ámbito de la cohesión social en tanto, el académico destaca la importancia de las redes sociales, especialmente de los amigos y familia, en la pobreza. “Vemos en la encuesta que las personas que tienen mayor nivel de pobreza y son más estables en el tiempo en dicha condición, tienen una red social más pequeña en comparación a las personas con más recursos, lo que puede producir un aislamiento social. Esto es importante porque la interacción social se ha visto que es un factor protector, que ayuda a las personas a sobrellevar la adversidad de la pobreza, por tanto hay que estimularla”.

Otro de los datos interesantes de la encuesta, según afirma González, es el cambio que la interacción social genera en la actitud hacia los inmigrantes. “Los datos muestran que tenemos una actitud mucho más tolerante y positiva hacia los migrantes cuando estamos en contacto con ellos, mientras que quienes interactúan menos exhiben un nivel más alto de amenaza”.

Finalmente, otro aspecto a destacar es la valoración de los movimientos sociales, donde cerca de un 40% de los encuestados marcó que valoraba alguno de ellos durante los últimos tres años. En 2016 y 2017 el movimiento más valorado fue el estudiantil, mientras que en 2018 fue desplazado por pensiones. “Hay una dinámica y ciclos en los movimientos sociales que se acercan o distancian más de los intereses de la población, y ello es precisamente lo que la encuesta busca reflejar y analizar: cómo evoluciona el pensamiento de las personas”, comentó el académico. “Lo interesante es que las personas participan más en los movimientos que valoran en la medida que su red social directa, vale decir sus amigos y la familia también participan en ellos, revelando la influencia normativa que ejerce la presencia de la red en la propia conducta de las personas a lo largo del tiempo”.

*Descarga el informe 2016-2018 de ELSOC completo para revisar cifras y análisis de cada ítem de la encuesta.