La ex directora del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad, última presidenta del Consejo de Conicyt, e integrante del Consejo Asesor Ministerial de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, es la nueva decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UC. Logro que transforma a la académica de nuestra Escuela, considerada una de las investigadoras más destacadas en el área de las ciencias sociales a nivel nacional, en la primera mujer en ser elegida como la máxima autoridad de la Facultad, y una de las pocas con este cargo al interior de la Universidad.

De las 56 universidades que existen en el país, solo tres de ellas tienen como máxima autoridad a una mujer. Es que al igual que en distintos ámbitos de la vida cotidiana, la academia también refleja la baja participación que aún tiene el género femenino en cargos directivos. Tanto que, hasta el año pasado, al interior de nuestra Universidad solo la Facultad de Educación y la de Comunicaciones tenían como máxima autoridad a una mujer.

Un rol que desde este año también estará en manos de la profesora Mariane Krause, quien se transformó en la primera mujer decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UC. La ex directora del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad, última presidenta del Consejo de Conicyt, integrante del Consejo Asesor Ministerial de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y académica titular de nuestra Escuela, asume el período correspondiente a 2021-2025, sumando un nuevo desafío a su ya destacada trayectoria.

“Independiente del género, es un honor y un reto importante”, dice la psicóloga UC y doctora en sicología de la Universidad Libre de Berlín. “Al ser mujer uno entiende que puede servir de modelo para otras personas. De alguna manera uno está aportando a que se abran ciertos caminos, entonces siento que efectivamente tengo una doble responsabilidad. Ejercer bien el cargo, como cualquier persona que es elegida para ello, independiente del género, pero también hacerlo bien porque estoy representando a las mujeres. Aún existen barreras ocultas o implícitas a la hora de tomar posiciones de mayor liderazgo. Y esto no solo ocurre en el mundo académico, sino que en todo ámbito”, afirma quien es considerada una de las investigadoras más destacadas en el área de las ciencias sociales a nivel nacional.

En medio de un escenario complejo para el país y el mundo, no sólo por la pandemia, sino que también por todas aquellas demandas planteadas por el estallido social de octubre de 2019, que aún están sin respuesta, la nueva decana apuesta por lograr que la Facultad comience a tomar un rol más protagónico y logre impactar en la política pública a nivel nacional. “Creo que ése es el desafío más importante. Que los conocimientos que tenemos en ciencias sociales puedan de verdad impactar y ser un aporte en la toma de decisiones. Actualmente tenemos problemas profundos como sociedad, que deben ser abordados en su complejidad. La inequidad va más allá de los problemas de ingresos, más allá de que eso sea un factor importante. Es algo que también se traslada al tema de la salud mental, por ejemplo. Entonces, como ciencias sociales nos compete un doble rol. Por una parte develar las problemáticas e inequidades que no están siendo visibles, y por otro lado aportar el conocimiento científico sobre sus causas y permanencia. Nosotros tenemos esos conocimientos, pero los tenemos que hacer públicos. Tenemos que lograr llegar con ellos a quienes toman las decisiones”, explica.

Una Facultad más integrada

Otro de los aspectos centrales en el proyecto que presentó la docente, que a lo largo de su carrera se ha esforzado por visibilizar la problemática de la salud mental en nuestra sociedad, es el seguir trabajando por una Facultad que cada vez esté más integrada. “Esto también implica una mayor identidad como Facultad. Uno puede identificarse con las ciencias sociales en general y a su vez con una disciplina en particular. Eso no es una contradicción. Pero es necesario profundizar nuestra identidad como Facultad, y con ello maximizar nuestro aporte a la sociedad. Que los conocimientos que generen las distintas escuelas, centros de estudio y programas, se comuniquen entre sí. Que los profesores, los cargos administrativos y los alumnos no funcionen de forma aislada. Necesitamos mayor integración. Eso nos ayudará a tener una voz mucho más clara y más definida hacia el exterior”, dice la nueva decana, quien también resalta que para lo anterior resulta fundamental la definición de temas estratégicos que sean transversales para las distintas disciplinas que conforman la Facultad. “Temas en que pueda confluir la investigación que hacemos todos. La inequidad, por ejemplo, es algo sobre lo que tenemos mucho que decir desde todas las disciplinas”.

Por otro lado, la internacionalización, sobre todo a nivel de América Latina, también es algo que quiere profundizar en su período. “Los académicos y académicas tienen muchos lazos internacionales, pero no tenemos ejes que permitan decir que como Facultad priorizaremos nuestros vínculos internacionales con ciertos países o centros de investigación”. En ese sentido, la decana no solo resalta la importancia de potenciar la investigación a nivel regional, sino que también el tener un rol más protagónico en ese proceso. “Nuestra Universidad es considerada una de las más relevantes de Latinoamérica en términos de investigación. Entonces podemos convocar a otros países de la región a realizar un trabajo en conjunto en pos de la generación de conocimiento. Esto para que los países del hemisferio norte nos vean de una manera distinta y dejen de ver nuestro trabajo como de menor valía. Hoy el conocimiento se genera fundamentalmente en otros lugares. Eso es trágico, porque implica que importamos mucho conocimiento extranjero, que muchas veces no tiene la validez local que podría tener. En definitiva, hacemos buena investigación, pero tenemos que hacerla converger y exportarla de mejor manera. Generar proyectos en conjunto con colegas latinoamericanos de centros y universidades”.

El valor de la diversidad

En un ámbito distinto, pero no menos importante, la nueva decana plantea como una de sus prioridades el cuidar la diversidad de la carrera académica. “Me refiero a que no todos tienen que hacer lo mismo. Algunos pueden estar más relacionados con la investigación en laboratorios, otros en generar mayor difusión de la ciencia, y otros más en docencia. Son perfiles distintos y todos muy valiosos para la Facultad. Me interesa profundizar esa diversidad en nuestro cuerpo académico. A veces se cree que es más relevante el dedicarse a la investigación, lo que no es correcto. La formación profesional y aquellos colegas que priorizan esta área son fundamentales. Nosotros damos licenciaturas, pero también títulos profesionales. Entonces tenemos la obligación de generar una buena formación”.

Lo mismo ocurre en el caso de los administrativos y administrativas. Independiente del cargo que tengan, para la nueva decana es importante que puedan desarrollar una carrera administrativa, y tener una mayor integración y comunicación con los académicos y académicas. “Que los profesores y profesoras conozcan la importante labor que desarrollan. Y que los conocimientos que aquí se generen sean de utilidad para nuestra propia comunidad. Yo tuve una bonita experiencia en Conicyt, donde realizamos ciclos de charlas para los funcionarios con investigadores, algunos de Conicyt y otros no, sobre distintos temas. Si todos formamos parte de una institución, que genera tanto conocimiento, es fundamental que éste también permee a quienes trabajan en ella”.

En resumen, cuatro años de intenso trabajo que buscarán que la Facultad logre más unión, visibilidad e identidad. “De aquí a cuatro años, me gustaría que todos digan con orgullo que pertenecen a la Facultad de Ciencias Sociales de la UC. Que sientan que nuestra institución realiza un aporte fundamental al desarrollo social, cultural y psicológico del país. Que seamos una entidad importante en la toma de decisiones. Que se conozcan las áreas en las que estamos investigando y que nos tomen en consideración a la hora de tomar decisiones que pueden ser claves, por ejemplo, en términos de prevención en el área de salud mental o de las comunidades. Que seamos un actor relevante”.

Texto: Andrea Fuentes Uribe, Periodista Subdirección de Extensión y Comunicaciones EPUC.