Una búsqueda permanente de la innovación al interior del aula, fomentando la reflexión y el aprendizaje autónomo y significativo de las y los estudiantes, son algunas de las características que destaca el premio otorgado a la académica de nuestra Escuela en la inauguración del año académico. Un merecido reconocimiento de parte de estudiantes y colegas, que reconoce su compromiso y dedicación en la formación de las nuevas generaciones, en medio de un complejo período marcado por la crisis sanitaria que afecta a nuestra sociedad.
En un año lleno de desafíos para las y los académicos, quienes se vieron obligados a desarrollar nuevas formas de ejercer la docencia en pandemia, el Premio de Reconocimiento a la Excelencia Docente (PRED) cobra aún más relevancia. Mujeres y hombres que, innovando al momento de aplicar los conocimientos, buscaron promover la actitud reflexiva, la formación integral, además del pensamiento crítico y el trabajo en equipo de sus estudiantes.
Una búsqueda permanente por motivar a las nuevas generaciones que hizo merecedora a la profesora Gloria Jiménez Moya del premio que entrega tradicionalmente la universidad, a través del Centro de Desarrollo Docente de la Vicerrectoría Académica, durante la inauguración del año académico. Una distinción para la cual no solo es necesaria la obtención de excelentes resultados en las encuestas docentes, sino que también del respaldo en la postulación de parte de colegas y estudiantes.
Fueron 25 académicos y académicas homenajeadas en la ceremonia virtual. Oportunidad en la que el rector, Ignacio Sánchez, quiso reiterar su “reconocimiento a toda la comunidad por la resiliencia y el compromiso demostrados en estos tiempos difíciles”. Un noticia recibida con alegría por nuestra profesora, quien hizo extensiva esta distinción a quienes trabajan a su lado y con quienes ha debido enfrentar los desafíos planteados por la crisis. “Desde el principio intentamos organizarnos con las y los colegas que dictamos los mismos cursos. Nos coordinamos buscando que hubiera mucha coherencia entre las distintas secciones. En este contexto, todo es más difícil, y por eso es que es muy bonito y gratificante ver los resultados. Como, en medio de las dificultades, las personas somos capaces de coordinarnos, reconocer el trabajo que hace el otro, y cooperar. Todo eso me parece muy bonito”.
¿Cómo recibes este reconocimiento, que viene de parte de tus pares, pero también de tus alumnos/as?
Es un honor y es un premio que me llena de felicidad, porque creo que no solo implica un reconocimiento al trabajo bien hecho. Este tipo de premios también tiene una connotación afectiva importante. Me siento valorada y me hace sentir muy querida, que la gente con la que trabajo diariamente y a la que le tengo mucho cariño, valore lo que hago.
Este premio surge después de un año difícil para todos. ¿Qué significa para ti el ser reconocida con el PRED, en un año tan complejo para ejercer la docencia?
Es doblemente gratificante. Fue un año complejo y por eso agradezco mucho a mis colegas, por el trabajo en equipo. Hubo una colaboración permanente de ellos/ellas y también de las y los estudiantes.
Es cierto que las y los docentes nos estresamos mucho durante la pandemia, pero también las y los estudiantes. Para quienes entraron a primer año fue muy difícil. Es un grupo de personas que fue privada de vivir su primer año universitario de forma normal. Por eso valoro mucho el haber contado con el apoyo de mis estudiantes.
Es muy difícil ser una buena profesora, esforzarte y construir un aprendizaje significativo, si no tienes estudiantes motivados, dispuestos a trabajar y aprender. Yo siento que de verdad he tenido mucha suerte. He tenido estudiantes con los que he podido debatir, armar discusiones, cuestionarnos… En fin, creo que el trabajo durante la pandemia se ha facilitado en gran parte gracias a eso. A las y los estudiantes que han estado dispuestos y dispuestas a superar estas barreras. A esforzarse más de lo que estamos acostumbrados a esforzarnos para lograr una buena clase.
¿Y cuáles han sido los principales desafíos al enfrentar tu carrera docente? ¿Qué es lo que ha sido más difícil en este contexto de pandemia?
Siempre es un reto encontrar el equilibrio entre la profesionalidad, la seriedad, la responsabilidad y la cercanía. Tenemos que posicionarnos desde el rol de profesores y docentes, pero sin dejar de lado la necesaria cercanía que hay que tener con las y los estudiantes.
Para mí es un peligro la docencia demasiado jerarquizada o vertical. Siempre he intentado huir de eso, pero es difícil encontrar el equilibrio. Y lo es aún más en tiempos de pandemia. Al no poder estar cara a cara con ellos, es más difícil lograr esa conexión y cercanía. Ésa ha sido una de las cosas más tristes de la docencia en estos tiempos. No poder interactuar con las y los estudiantes como una quisiera.
Otro desafío importante para mí ha sido el intentar aplicar los conocimientos a la vida real. Para mí es vital explicar la psicología como algo que sea útil para la sociedad, para entender los problemas que tenemos hoy. Y aplicar los conocimientos más teóricos o científicos, siempre es un desafío.
Tú has generado un impacto en tus estudiantes y por lo mismo te han reconocido en esta oportunidad, ¿qué rol juegan los estudiantes en tu carrera?
Creo que para mí es imposible ser una buena docente sin tener estudiantes motivados y dispuestos a aprender. Estudiantes que estén permanentemente desafiándote con las preguntas que hacen, con los temas que tocan… Estudiantes que incluso van más allá de lo que se estudia en clases. Para mí son una fuente de inspiración permanente.
Me motiva ayudar a una persona a que forme su propia opinión. Me motiva el rol de transmitir información y conocimiento para que lo utilicen y sigan construyendo. Es bonito darte cuenta de que algo que se estaba discutiendo en clases le hace sentido a alguien. Es inspirador ver a las nuevas generaciones que tienen ambición por cambiar el mundo y que quieren ser actores sociales relevantes en esta realidad que vivimos.
Veo a las y los estudiantes muy activos, organizando marchas, coloquios, etc. Eso me desafía, me motiva y me inspira. Porque si ellos quieren seguir aprendiendo, nosotros como profesores no podemos ser menos. Tenemos que hacer lo mismo. No podemos conformarnos con lo que sabemos, tenemos que seguir aprendiendo mutuamente.
Eres muy joven, todavía tienes mucha carrera por delante, ¿cómo enfrentas el desafío de seguir creciendo en el plano docente después de haber recibido este premio?
Es cierto que cuando recibes un premio corres el riesgo de relajarte, pero creo que cada vez que tienes un curso nuevo asumes un nuevo desafío. Cada vez que das una clase nueva, se abre un mundo de posibilidades.
Por otra parte vivimos en un mundo que cambia constantemente. Ahora mismo estamos en medio de una pandemia que nadie esperaba, tuvimos un plebiscito, estallido social… eso también te obliga a ir pensando cómo adaptar los conceptos y las teorías clásicas, de psicología social en mi caso, a estos nuevos contextos.
La docencia y la educación son grandes herramientas para cambiar aquello que nos parece injusto, y es una gran suerte haberme encontrado con tantos y tantas estudiantes dispuestas a construir una sociedad más íntegra. Este reconocimiento me empuja a trabajar por este objetivo, y me llena de felicidad y gratitud.
Texto: Andrea Fuentes Uribe, Periodista Subdirección de Extensión y Comunicaciones EPUC.