Más de 100 mil personas han desaparecido en México desde 1964, año en que se comenzó a llevar registro. Un duelo permanente para miles de familias que buscan incansablemente alguna pista del lugar en el que se encuentran sus seres queridos. ¿Cómo enfrentar la imposibilidad de cerrar esta herida? Ese fue el tema de “Los Desaparecidos: Buscarnos para encontrarnos”. Encuentro virtual organizado por el Capítulo Mexicano de la Asociación Internacional para la Psicoterapia y Psicoanálisis Relacional que tuvo entre sus invitados a Germán Morales. Académico de nuestra Escuela que ha trabajado por más de 30 años con víctimas de violaciones a los derechos humanos.

¿Dónde están?… Esa es la pregunta que se hacen los familiares de las más de 100 mil personas que han desaparecido en México. Muchas de ellas madres que deambulan bajo el sol, en medio del desierto, buscando pistas que les permitan encontrar, aunque sea pequeños restos, de sus seres queridos. Esa resistencia forense a la desaparición forzada es la que fue retratada por la documentalista alemana Anne Huffschmid en “Persistencia”. Trabajo que da cuenta de la incansable búsqueda de familiares que, frente a la falta de respuestas de las autoridades, decidieron comenzar a buscar a sus deudos con sus propias manos.

Reflexionar sobre el trauma que deben enfrentar las miles de familias que se han visto impedidas de realizar los ritos funerarios, tan necesarios para cerrar los procesos de duelo, fue lo que buscó la invitación de “Los Desaparecidos: Buscarnos para encontrarnos”. Actividad virtual organizada por la Asociación Internacional para la Psicoterapia y Psicoanálisis Relacional que contó con la participación de la fundadora del Colectivo Solecito, Lucía Díaz, y el académico de nuestra Escuela, Germán Morales.

cartel¿Es posible seguir adelante ante esta pérdida? ¿De qué manera expresiones artísticas, como este documental, pueden ser de ayuda en este camino? Ante estos cuestionamientos el profesor Morales, quien ha trabajado por más de 30 años con víctimas de violaciones a los derechos humanos, dice que lo primero es no confundir el drama y el sufrimiento de estas personas con una psicopatología. “Es el contexto el que les ha negado la posibilidad de vivir su duelo, dejándolo congelado o en ambigüedad. No son ellas las que están produciendo la enfermedad”.

En su intervención, el docente profundizó en estos conceptos. “Elizabeth Lira habla del duelo congelado cuando es una experiencia traumática (la del secuestro y desaparición), perturba el proceso de duelo y congela en la tristeza ambivalente de una ausencia que no se constituye como tal, pues la búsqueda infructuosa remite constantementeun re-vivir de la pérdida. Por otro lado, Pauline Boss nos habla de pérdida ambigua aludiendo a una pérdida en que, al no existir la constatación de la ausencia definitiva, y a pesar de que puedan existir ritos, estos sólo atenúan, pero son insuficientes para despedirse de lo perdido que no sabemos que es tal”.

Y, ante esta imposibilidad, el experto señala que la salida no es individual, sino que grupal. “Una muestra de aquello son todas las mujeres que se han unido en la búsqueda de sus seres queridos. ‘Buscarlos hasta encontrarnos’ fue el nombre de la actividad. Y eso nos dice mucho… porque estas agrupaciones, fuera de la labor de búsqueda forense artesanal que desarrollan, tienen una estructura grupal que contiene y les da sentido”.

Asimismo, de acuerdo al académico, el rol que juegan las expresiones artísticas, como el documental de Anne Huffschmid o la Cueca Sola que bailan mujeres en Chile para recordar a los detenidos desaparecidos de la Dictadura, permite lo que en el psicoanálisis relacional se llama la construcción de un tercero que reconoce y que contiene. “Porque el documental nos impide negar que hay desaparecidos. Reconoce a estas personas que buscan a sus deudos y nos llama a empatizar con ellas y su dolor. En ese sentido, el documental les da voz”.

Texto: Andrea Fuentes Uribe, periodista Escuela de Psicología UC.