La prevención, en especial del abuso sexual infantil y adolescente, es lo que busca desarrollar el nuevo Centro de Investigación del Abuso y la Adversidad Temprana (CUIDA). La iniciativa, que tendrá a la profesora María Pía Santelices como su directora, pretende potenciar la investigación y el conocimiento científico, que impulse políticas públicas que se hagan cargo de esta realidad.

Como respuesta a la urgente necesidad de avanzar como sociedad en la prevención de los abusos, la Universidad Católica y la Fundación para la Confianza celebraron la creación de CUIDA. El Centro de Investigación del Abuso y la Adversidad Temprana, que busca reunir evidencia científica que impulse la creación de políticas que protejan, especialmente, a niños, niñas y adolescentes.

«Desde ambas partes existe un genuino interés de aportar a un problema de grandes proporciones sociales, en el que las dos instituciones pueden contribuir desde sus fortalezas. La Fundación desde la experiencia y la credibilidad social, y la Universidad desde su capacidad y experiencia académica para investigar en este ámbito”, dijo el Rector Ignacio Sánchez, tras el inédito acuerdo entre ambas entidades.

Un espacio interdisciplinario de estudios que busca, no solo identificar aquellos aspectos sociales, culturales, y familiares, que permiten situaciones de abuso; también aquellas acciones que promueven la protección de la infancia. “Es al interior de la familia donde se debe proteger de manera especial a los niños y niñas. Sin embargo, es  allí donde, de manera más frecuente, su dignidad y derechos son más vulnerados”.

En la ocasión, el Rector afirmó que “en el país y al interior de la Universidad, hemos sentido dolor, vergüenza, y rabia por lo ocurrido. Especialmente al interior de nuestra Iglesia”. Por eso, la invitación es a que los cristianos sean “protagonistas de la transformación que hoy la sociedad reclama. Debemos recoger el llamado (del Papa Francisco) a rechazar la cultura del abuso”.

Por su parte, el presidente ejecutivo de la Fundación Para la Confianza, José Andrés Murillo, reconoció que “no es fácil estar aquí. Este lugar representa lo que muchas veces hemos cuestionado como origen del abuso: el poder. Por suerte, y hablo desde un lugar biográfico, nos hemos identificado con lo contrario. Y no me refiero solo a las víctimas, sino que a la discrepancia”.

En ese sentido, pese a la cultura del abuso y encubrimiento, no solo en la Iglesia, sino que en la sociedad en general, Murillo dijo que la actitud nuevamente fue la de disentir. “Lo natural habría sido el odio, el deseo de venganza, y la desconfianza. Pero nos quisimos jugar por otro enfoque. Sin dejar de golpear cuando ha sido necesario, quisimos confiar. Y no de cualquier modo, sino que lúcidamente. Queríamos prender la luz en un lugar que brillaba por su oscuridad”.

Develar los patrones del abuso 

Enfermedades físicas y mentales, tanto en la adultez y en la niñez, son parte de las consecuencias que tienen que enfrentar las víctimas de abuso. Incluso, algunos estudios científicos afirman que tres o más experiencias traumáticas en la niñez, pueden reducir hasta en 20 años las expectativas de vida de una persona.

Evidencia científica que, el acuerdo suscrito entre ambas entidades, que conjuga la trayectoria académica de la UC con la experiencia en atención integral de la Fundación Para la Confianza, permitirá seguir aumentando. Un trabajo que ya comenzó en octubre del año pasado, cuando autoridades de la Universidad se reunieron con los directores de la Fundación Para la Confianza, y se conversó por primera vez sobre la posibilidad de una colaboración en la modalidad de un centro de excelencia de investigación.

Con un directorio de diez miembros que fuera paritario, un presidente elegido por consenso, y un director académico perteneciente a la UC, que en consideración a la amplia experiencia en temáticas de primera infancia, tales como apego, parentalidad y desarrollo infantil en contextos vulnerables, recayó en manos de la profesora Epuc María Pía Santelices, se dio forma al proyecto.

“Queremos influir en la política pública y en la construcción de una sociedad más respetuosa y protectora a la niñez. Sabemos que el bienestar en la niñez es un elemento transformador de la sociedad. La paradoja es que, teniendo eso claro en la teoría, existe aún una gran desprotección de la infancia, y esta situación facilita la exposición de niños, niñas y adolescentes a experiencias adversas y traumáticas, y ellas afectan gravemente el desarrollo y la salud integral a lo largo de la vida y a nuestra sociedad”, dijo la académica de la Escuela de Psicología UC. “Un círculo que debemos romper de una vez y para siempre. Ése es el camino que iniciamos hoy y pienso, sinceramente, que este proyecto conjunto, con la Fundación Para la Confianza, nos permitirá hacer sinergia para avanzar hacia una sociedad mejor”.

El trabajo, que será desarrollado por profesionales y académicos de diversas áreas, estará centrado en tres líneas. Impacto de la adversidad temprana en la salud, a cargo de James Hamilton; Contexto social e institucional, especialmente eclesiástico, del abuso en la niñez, liderado por José Andrés Murillo; y Apego y prevención de la adversidad temprana, encabezada por la psicóloga y directora académica del Centro CUIDA, María Pía Santelices.

 Información Periodística: Ana María Bolumburu / Andrea Fuentes